MANUEL CASTRO
Del 6 de marzo al 7 de abril de 2018
Su estilo no esconde la influencia de maestros a los que admira, de los que Picasso es el más evidente, sino que asimila e incorpora estas referencias a un lenguaje plástico propio que le permite abordar temas que van desde lo meramente lúdico a lo reivindicativo sin perder su propia esencia.
Sus cuadros son una oda al color, con un dibujo aparentemente simple que , a pesar de un cierto y personal grado de abstracción, lanzan un mensaje perfectamente reconocible no exento de detalles sutiles que aportan más interés si cabe a la obra de este artista ya consolidado que nos enorgullece presentar en nuestra sala.
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